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La Realidad Virtual entró en nuestras vidas no de la mano de la Tecnología, sino del cine y la literatura de la ciencia-ficción. Como en algunas novelas de Julio Verne, la imaginación ha mostrado el camino a seguir a la Ciencia. El submarino eléctrico de  “20.000 leguas de viaje submarino” no se haría realidad hasta 14 años después de la mano de Isaac Peral. En su novela  “París en el Siglo XX” publicada en el año 1863, Verne hablaba de “una red mundial de comunicaciones”, muy semejante a lo que hoy conocemos como Internet.

Marcas como Google, Samsung o Sony llevan ya tiempo investigando en el campo de la Realidad Virtual, que hasta ahora solo conocíamos en la ciencia-ficción. Las primeras aplicaciones que se le han dado a esta tecnología han estado orientadas al sector del entretenimiento, haciéndonos vivir experiencias totalmente inmersivas, sobre todo en la potente industria de los  videojuegos. También la formación se ha adentrado con aplicaciones en simuladores de vuelo, entrenamiento militar o en el área de la medicina. Pero estos campos pronto se le han quedado pequeños ante el inmenso potencial que presenta.

El siguiente sector que se ha unido ha sido el del Marketing, viendo que su Publicidad puede ser mucho más atractiva. Marcas como NesquikKellogg’s o McDonald’s, no solo se han adentrado en la Realidad Virtual, sino que también han buscado su popularización. Simplemente con un smartphone y unas gafas de cartón han ofrecido a sus clientes una versión de las Google Cardboards, las gafas de cartón de Google, permitiendo que un mayor número de personas puedan visualizar sus campañas publicitarias diseñadas para esta tecnología. Empresas como BMW y Volvo nos permiten a los usuarios simular la conducción de sus automóviles. Por su parte, Ikea en Suecia tiene un programa con el que construir una cocina virtual.

La popular marca de automóviles norteamericanos Cadilac  busca en la Realidad Virtual reflotar sus concesionarios con ventas más bajas. Cadillac cuenta con 925 concesionarios en los Estados Unidos, tres veces más que Lexus o BMW. Sin embargo, solo vende la mitad de lo que lo hacen sus competidores.

Según Cadilac, mediante unas gafas de Realidad Virtual, el consumidor podrá explorar el automóvil a cualquier nivel que se quiera llegar. Por ejemplo, colores, diseños de llantas o los distintos asientos del interior de los que disponen, sin necesidad de entrar en el vehículo. De esta forma, el potencial comprador podrá, de una forma virtual, conocer exactamente el coche que quiere. Además, la empresa reducirán los millones de dólares que cada año gastan, para el mantenimiento de los vehículos que mantiene en los concesionarios.

Un estudio de la consultora Deloitte calcula que para finales de este año, el negocio de la Realidad Virtual llegará  a los 1.000 millones de dólares, de los cuales 700 millones corresponderán a la venta de hardware y el resto a la industria que genera los contenidos.

El consumidor se muestra muy receptivo ante la Realidad Virtual y cada vez veremos más sectores que sumen esta tecnología a sus estrategias de marketing, para hacernos vivir experiencias no vistas antes.

 

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