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La economía colaborativa, a pesar de la polémica que ha levanto sobre su regulación desde sus inicios, ha llegado para quedarse. En el 2016, gracias a la tecnología, se ha expandido y los expertos auguran que su penetración en nuestro modo de vida es imparable. Legalmente irán apareciendo más normativas para regularla, pero esto no impedirá que los consumidores continúen adoptándola, transformando su modo de consumir servicios y productos.

En Economía Colaborativa, donde existe una idea, encontramos una tecnología, una aplicación generalmente, que la soporte. Este hecho está obligando a los profesionales de distintos sectores a adaptarse para poder competir frente a este nuevo modo de consumo.

Según un reciente estudio de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y La Competencia) uno de cada tres internautas utiliza plataformas de Economía Colaborativa al menos una vez al año, en nuestro país. Predominan los usuarios demandantes de Economía Colaborativa frente a los oferentes.

Las plataformas de Economía Colaborativa más empleadas son las de compra o alquiler de productos de segunda mano (27%), seguidas del alojamiento en casa particulares (9,7%), y de aquellas apps que facilitan compartir trayectos en automóvil entre ciudades (6,4%). Las plataformas con menor uso son las destinadas al transporte urbano (2,4%), la realización de trabajos y tareas (3,7%) y la financiación de proyectos (4,4%).

Según la CNMC, menos de un 4% de los internautas declararon haber ofrecido su vivienda o haber transportado en su vehículo a desconocidos durante el último año. En el caso de la venta de artículos de segunda mano, el porcentaje de ofertantes fue muy superior, el 22,7% de los internautas publicaron al menos una vez sus artículos para venta o alquiler durante el último año.

Los motivos que llevaron a los consumidores a utilizar plataformas de Economía Colaborativa dependieron del tipo de servicio. Mayoritariamente el motivo más mencionado fue la obtención de un precio más ventajoso (entre el 50% y 70%). La siguiente motivación fue la percepción de que se trata de servicios más flexibles.

Entre los usuarios de viviendas cedidas predomina una motivación por la mejor información facilitada (24,4%). También es reseñable que un 20% de usuarios de servicios de transporte compartido entre ciudades citó como motivación la posibilidad de conocer a personas locales o con intereses similares.

La encuesta de la CNMC muestra un elevado grado de satisfacción con los servicios recibidos. Usuarios de vehículo compartido entre ciudades (67% satisfecho o muy satisfecho), la compra de artículos de segunda mano (60,9%) y el de alojamiento en vivienda de un particular (60,4%). El grado de satisfacción desciende en transporte urbano, un 22,8% se manifestaron satisfechos o muy satisfechos.